Fué en octubre…

La historia de Guatemala tiene en el mes de octubre huellas muy importantes que año con año se conmemoran.

Tristemente el octubre del año 2012 sumó una más, pero así… una huella triste. 

También es triste que un año después, muchas personas hayan olvidado lo que ocurrió aquel jueves 4 de octubre al medio día, en la cumbre de Alaska, sobre la carretera interamericana. Puedo decir que me consta el olvido (que no quisiera que fuera generalizado), en el que cayó para mucha gente, la matanza perpetrada por el ejercito de Guatemala contra pobladores de Totonicapán, que convocados por los «48 Cantones» se dispusieron a protestar ese día, bloqueando el paso de vehículos en aquel punto de la carretera. 
Que me consta el olvido digo, porque con numerosas personas lo comenté antes de octubre del 2013 y durante ese mes, tratando de «sondear» qué se recordaba de aquello y también contándoles que estaba preparando un «concierto» para conmemorar esa huella triste en nuestro camino, y fueron pocas las que mostraron claramente que lo recordaban. Ni modo… «aquí todo el pueblo olvida».

¿Qué protestaba la gente de Totonicapán aquél día? varias cosas: El costo de la electricidad, el creciente número de minas con más daño que beneficio para el país, y en general todas las injusticias que mantienen en la pobreza a la mayoría de la población guatemalteca y que además detienen el «proceso de desarrollo» de nuestro país. La gente de Totonicapán se tomó la tarea de reclamar a nombre de todos, lo que los demás callamos… la consecuencia fué tremenda! 
Pero bueno, mucho se dijo de todo eso las semanas siguientes al suceso…

A medida que pasa el tiempo, lo mas terrible no es la muerte en sí misma, sino el olvido… quien no recuerda donde tropezó, lo volverá a hacer.

En este blog escribí el 21 de octubre del 2012, la nota que se llama «Totonicapán (Chuimekená)», que se puede leer en este enlace, para no olvidar…:
                     http://otonielmoraysusaltibajos.blogspot.com/2012_10_01_archive.html

También escribí en febrero del 2013 esta otra, llamada «48 cantones», que espero que usted pueda leer:
                 http://otonielmoraysusaltibajos.blogspot.com/2013/02/05-totonicapan-otoniel-mora1.html

En esta nota de hoy quiero comentar -a más de 30 días después- el concierto que me dí a la tarea de organizar, junto a los 48 Cantones, en particular con la Presidenta de la Junta de Recursos Naturales, Andrea Ixchiú y el colectivo K’astajinem (que no solo han cumplido fielmente con la tarea que la organización comunitaria les ha encomendado -celebrando por ejemplo «El Mes Verde», durante agosto del 2013-, sino que además no han cesado en sus esfuerzos por evitar que la Memoria Popular deje en el olvido el 4 de octubre del 2012).


Así que esta es una «crónica tardía» de cómo nació y cómo fué el «Concierto Conmemorativo» de la masacre del 4 de octubre, en Alaska.

Bueno… esta historia empezó el 4 de octubre del 2012, porque a partir de lo ocurrido escribí mi canción «Totonicapán», que recuerdo compuse durante el sábado 20 y domingo 21 de octubre del 12. El mismo domingo por la tarde-noche hice la grabación en mi casa, y cuando estuvo terminada la envié por correo electrónico a la casa de Andrea… digo «a la casa de Andrea», porque sé que la canción fué escuchada por su familia, con las emociones que todo eso pudo generar aquella noche.

Esta es mi canción «Totonicapán»:


En las semanas siguientes al 4 de octubre, se realizaron en Totonicapán varias actividades relacionadas, y para el sábado 28 de octubre se programó en el Parque del lugar, una concentración para manifestar el repudio por lo ocurrido. Andrea me invitó a estar en la actividad y asistí, cargando con mi canción, para cantarla en solidaridad con el pueblo de Chuimekená. Recuerdo que participaron varios artistas locales y también mis amigas de «Naik Madera». 

Luego pasaron varios meses y al acercarse el aniversario del 4 de octubre, hablamos Andrea y yo de la posibilidad de hacer un concierto para conmemorar la triste fecha. La idea me emocionó mucho y empecé a «mover pitas» para organizarlo, mientras Andrea hacía lo propio desde Totonicapán. 

Le propuse a Fernando Juárez (mi amigo músico, flautista, saxofonista, etc.) que fuera parte del concierto, a lo que accedió inmediatamente. Contaba -sin preguntarle- con Gabriel Rodríguez (percusionista). Fernando me sugirió el nombre de otros varios músicos y gente de sonido y esas cosas, para que participaran en el concierto. Yo preferí irme por el lado de los músicos más conocidos para mí y con quienes me une la amistad desde tiempo atrás. Así hablé con Danilo Rodríguez (pianista y arreglista), con Estuardo Tomás (bajista) y con Juan Carlos Godínez (saxofonista y flautista). De todos obtuve respuesta positiva y buena vibra! Fernando Juárez finalmente no pudo participar por asuntos familiares, pero se incorporó Edson Rodríguez (hijo, de mi amigo Edson Rodríguez), para hacer su debut como «percusionista menor».

Danilo Rodríguez al piano (Director Musical) y Edson Rodríguez a la percusión menor.

Estuardo Tomás, al bajo; Juan Carlos Godínez a la flauta y el saxo; Gabriel Rodríguez a la batería.

Debo decir que no fué fácil encontrar el tiempo para que todos los músicos coincidiéramos para estudiar y ensayar las canciones que conformarían el concierto. Habría que prever el lugar para ensayar, varios desvelos y complicaciones de ese tipo, pero finalmente logramos «montar» las 10 canciones que cantaríamos:

  1. Yo vengo a ofrecer mi corazón, de Fito Páez.
  2. Comunicado, de Otto René Castillo y Fernando López.
  3. Cosas Serias, de Otoniel Mora
  4. Canto de la Calle, de Otoniel Mora (dedicada a la niñez que vive en la calle)
  5. Hojarasca, de Otoniel Mora (dedicada a los viejos, a los abuelos)
  6. El Blues del Desengaño, de Otoniel Mora (pensando en la historia de Guatemala)
  7. Elemental, de Otoniel Mora (dedicada a la mujer)
  8. Oración al Maíz, de Otoniel Mora (una petición al Maíz)
  9. Totonicapán, de Otoniel Mora (recordando lo ocurrido el 4 de octubre del 2012)
  10. No más Lágrimas (una invitación a ver hacia el futuro…)

Luego se presentó otro tipo de complicaciones…

Inicialmente Andrea me había propuesto que el concierto fuera el propio 4 de octubre, para que la conmemoración fuera al año exacto. El 4 sería un día viernes, por lo que difícilmente podríamos disponer del tiempo suficiente (los músicos), así que acordamos que la mejor fecha sería el sábado 12 de octubre, que además coincidiría entonces con el «día de la hispanidad» y esas otras cosas. Todo se preparó para esa fecha y así lo anunciamos.
Sin embargo, la semana previa al sábado 12, Andrea me comunicó que se las autoridades responsables de la administración del Teatro Municipal, en que se realizaría el concierto, de forma inexplicable lo habían cedido para otra actividad (un congreso de pastores evangélicos!). Eso impedía definitivamente la realización del concierto, a pesar de su programación y formalización del uso del Teatro. En realidad eso puede leerse como la intención real de evitar que el concierto se hiciera. 
Pero bueno, las opciones eran buscar otro espacio u otra fecha para hacer el concierto y nos inclinamos por cambiar la fecha: lo trasladamos para el sábado 26 de octubre del 2013. 

Anuncio publicado en las redes sociales.
Fachada del Teatro Municipal de Totonicapán.

El día del concierto «curiosamente» también se había programado un ruidoso evento musical cristiano, en el que el plato fuerte era el «rap», y todo estaba instalado precisamente al frente del Teatro Municipal, como para invitar a la gente a quedarse fuera del Teatro o para que el estridente ruido entorpeciera el sonido del Teatro. Ni modo, para mí resultó evidente que algo raro pasaba… pero lo más importante es que finalmente hicimos el concierto!

Aroldo Gonón, poeta.


En días previos a la primera fecha programada (el 12 de octubre), Aroldo Gonón, del Colectivo Artístico de San Cristóbal Totonicapán, «Chichicaste», me dijo, cuando le conté que estaba preparando el concierto, que le interesaba poder leer algunos de sus poemas en un evento como ese, poemas que había escrito también, a partir de la misma matanza de Alaska. Así que le prometí que al inicio del concierto lo podría hacer. 
Con los cambios de fecha, Aroldo sufrió también los inconvenientes.

A la derecha una imagen de Aroldo Gonón, al inicio del concierto y abajo se puede escuchar uno de sus poemas.


Las viudas e hijos/as de las víctimas del 4 de octubre del 2012, estuvieron presentes en el Teatro Municipal, convocadas por K’astajinem (aparece una foto abajo), que no dejaron de mostrar sus emociones, su tristeza, su rabia… sus contradicciones… 
Familiares de las víctimas de la masacre de Alaska, del 4 de octubre del 2012
Por ellas, por las familias de las víctimas, quiero dejar acá el nombre de las personas que murieron en esa masacre:
  1. Francisco Puac Ordóñez, de Chipuac.
  2. José Eusebio Puac Barreno, de Chipuac.
  3. Jesús Baltazar Caxac Puac, de Chipuac.
  4. Santos Nicolás Hernández Menchú, de Pasajoc.
  5. Rafaél Nicolás Batz Menchú, de Pasajoc.
  6. Arturo Félix Sapón Yax, de Panquix.
  7. 19 personas heridas.

Una persona más, desapareció el día de la masacre y apareció muerta varios días después. Su familia quiso no mencionar su nombre. 


Nombrando a las víctimas…

En el audio que sigue se escucha el momento en que nombré durante el concierto a las personas fallecidas…

Terminamos el concierto con una invitación a ver hacia el futuro, sin olvidar el pasado… mi canción «No más lágrimas» que se puede escuchar a continuación:


Quiero decir también que no fué fácil cantar en aquel momento. Muchas emociones se cruzaban dentro mío… recordaba cuando escuchaba la noticia en la radio, en el preciso momento en que estaba ocurriendo la masacre en Alaska, aquel 4 de octubre del 12… recordaba el día que canté en el Parque de Totonicapán… podía ver los rostros de las viudas, que mostraban su tristeza y su rabia por lo ocurrido, mientras yo cantaba y tenían por momentos su mirada hacia la nada…

Espero que esto sea una contribución para que la memoria del pueblo olvide menos y construya más…

Para mí fué una experiencia única, que por supuesto no quisiera repetir por un motivo como este. Fue un encuentro grande con la vida, quizá también con la muerte, con los recuerdos, con la esperanza, con el dolor, con la humildad de la gente herida, y creo que también fué un encuentro conmigo mismo, porque haber pasado por esto me llena de una sensación muy franca de solidaridad con el pueblo de Totonicapán y amor por la vida. Estoy felíz de haber podido hacer este concierto y de pagar con ello un poco de lo que la vida me ha dejado vivir. 

¡Gracias a la vida!
Durante el concierto pude recordar con el público algunas cosas importantes que han ocurrido en octubre… el mismo día de la masacre, el 4 de octubre nació la Cantora Universal Violeta Parra, en Chile… el 4 de octubre murió la Cantora Argentina Mercedes Sosa… y el mismo 26 de octubre, en que estábamos realizando el concierto pudimos aplaudir por ¡el cumpleaños de Evo Morales, Presidente de Bolivia!
Mi familia me acompañó esa noche… muchas gracias mis amores!
Por supuesto estaba también la familia de Andrea Ixchiú, sé que para ellos/as todo esto es muy importante. 
Entre el público pude saludar a los escritores Hugo Gordillo y Nelton Santiago y a mi amiga Ericka Cacao. Gracias por su solidaridad y compañía!
Recibiendo al final, un reconocimiento de K’astajinem 

Quiero agradecer para terminar, a los músicos que se embarcaron conmigo en esta tarea, esperando que igual que yo, estén satisfechos de lo cumplido. También muchas gracias a Pablo Prado, que se encargó del sonido.


Un par de días antes de terminar esta nota (que dicho sea de paso es la que más tiempo he tardado en escribir…), recibí de Andrea Ixchiú y de Pedro Ixchiú (su papá y abogado de las víctimas) una noticia muy importante y alentadora, que ellos darán a conocer de un momento a otro, por lo que también dedico estas letras al esfuerzo que hace Pedro Ixchiú en toda esta historia. Salú Pedro!

Para terminar dejo acá el video que Gloria Wellman preparó sobre mi canción Totonicapán.



– – – – – – – – – – – –

Pudimos hacer el registro del audio del concierto, por lo que si a alguien le interesa póngase en contacto conmigo.



Salú!

Fotos Viejas…

Simplemente varias fotos que he ido encontrando, a medida que remuevo mis alborotos del pasado… (creo que logré ponerlas en orden cronológico…)

El día de la primera comunión, estudiando en la escuela de curas «San Juan Bosco»,
en Xela, Guatemala. Me costó un montón encontrarme entre tanto fulano…
«…y casi me hago cura»
Esto fué entre 1973 y 1975.
Con el grupo de marimbistas del Instituto Técnico de Agricultura,
Bárcena, Villa Nueva.
Fue durante un concurso de marimbas escolares que organizaba Paiz,
seguramente en el año 1982.
Están: Candelario Ramos (que ya no se llama Candelario), el «Chucho» Rodas,
«Sangre» Canek, el «Tieso» Cantoral, Güichín Sandoval,
Otto Cabrera Cortéz (EPD), «Radar» Villeda Lemus y yo agachado (Otoniel Mora).

Con el Grupo Kenchas (Kenas, Charango y Zampoñas)
pienso que fué entre 1996 y 1998.
Es una foto del disco «Llanuras».
En 1992, durante un viaje de trabajo/estudios a Costa Rica
conocí a los integrantes del grupo chileno Inti Illimani
(que volvían a América después de su exilio de 20 años en Europa).
En la fotografía estoy con Horacio Salinas, su director musical,
que hoy es director musical de Inti Illimani Histórico
(después de los líos internos de Inti Illimani).
Estamos en el Teatro «Melico Salazar» de San José Costa Rica.
Horacio Salinas es un guitarrista «de altos vuelos» y clase mundial
¡esta foto es un maravilloso recuerdo para mí!
(Nótese que los dos teníamos bastante más pelo que hoy!)

Trova Tres: Fernando López, Fernando Juárez y Otoniel Mora.
Quizá por el 2008, en Royal París. 

Trova Tres: Fernando López, Fernando Juárez y Otoniel Mora.
Pienso que en el 2008, en La Luna, Xela.
De Trovador… Cantando mi canción «No más Lágrimas»
para las víctimas del CUNOC durante el conflicto armado interno.
Fue en enero del 2007.
Alguna vez en el Proyecto Lingüístico Quetzalteco,
seguramente en el mes de noviembre… a donde he acudido a cantar
casi todos los años… quizá fué en el 2010.
Alguna vez en el Royal París… con la guitarra esquelética
de Fernando Juárez y mi esbelta panza…
(mi panza y esa guitarra me dicen que eso fué después del 2010)

Este es el rótulo que estaba a la entrada del Café RED,
que anunciaba que yo cantaría el siguiente sábado por la noche…
Creo que era entre el 2011 y el 2012.

Con los Altibajos: René Morales y Gabriel Rodríguez, en el Café RED, de Xela.
Entre 2011 y 2012.

En el parque de Totonicapán, en octubre del 2012,
cantando luego de la masacre de Alaska…

En la «Casa de Don Memo», en Sololá, en el 2013
(esta no es una foto vieja!) 
Esta no es una foto vieja… pero sí es una Vieja Amistad!
Estoy con Fernando López
al final de su concierto del viernes 19 de julio del 2013
antes de que él viajara a Europa…

Tocando el bajo con el Grupo Caudal…
En Xela, quizá por el año 2000.
Se ve en la foto a Amílcar y
 Juan Carlos Godínez.
Salú!

 … y si encuentro más, las pongo!

Doña Hilda: MI MAMÁ!!

Doña Hilda.
(foto de hace algunos años, después del 2000)

Era 1923, es decir, el primer cuarto del siglo pasado…

El lugar era Santo Tomás la Unión, Suchitepéquez, en el sur-occidente de Guatemala, un pueblo rural, en la zona cafetalera del país. La familia estaba formada por un alemán (llegado en condición de retirado, a vivir y a hacer una segunda vida) y una mujer guatemalteca, dispuesta a la vida… 

El alemán era mi abuelo… se llamaba Henrich Adalberth Herwig Fulrrot (jeje! cuesta pronunciar todo eso! por eso le decían «papá Beto»). La mujer era mi abuela… se llamaba María Leonor Benavente Muñoz (mamá Nosh). Mi mamá es la número 5, en esta lista de hijos de aquellos dos que decidieron hacer familia:

1. José Rodolfo, 2. José Adalberto (se llamaban José los dos, por haber nacido el día de San José), 3. Marta Alicia, 4. Edgar Enrique (el tío «Checo», que murió en marzo del 2013, a los 92 años, y era el último hermano de mi mamá que estaba vivo), 5. Carmen Hilda (mi Mamá), y 6. Elfa Marina. 

Mi mamá nació y creció en Santo Tomás la Unión, Suchitepéquez, el 7 de julio de 1923. La nombraron Carmen Hilda Herwig Benavente y desde aquella fecha hasta el 7 de julio del 2013, se suman 90 años de vida! 
Esa es la edad de mi mamá!
Santo Tomás la Unión, Suchitepéquez, en Guatemala, Centro América.

A lo largo de sus 90 años mi mamá ha vivido tantas cosas, que sentarse a escucharla una tarde cualquiera, resulta llena de anécdotas y vivencias, todas ilustradas con tantísimos detalles, que es fácil imaginar la vida en Santo Tomás y todo lo que había y pasaba… «la casona y su corredor… las gradas hacia la cocina… el patión para secar café… la leña… el taller de mecánica del abuelo, donde hacía pulperos para café, que vendía a «los Xancas» (lo caficultores de las aldeas de Nahualá, Pasacul, Xejuyup y otras, que son aledañas a Santo Tomás)…»    

Mamá recuerda por qué el abuelo siendo alemán se instaló en Santo Tomás para iniciar una nueva vida: «mi papá era apicultor en su tierra y luego mecánico de barcos, de donde logró salvarse cuando el barco fué hundido durante la guerra, así llegó a Guatemala… cerca de Santo Tomás se habían instalado varios alemanes que se habían convertido en caficultores, en la finca Chocolá y otras… En Santo Tomás, «papá Beto (mi abuelo)» siguió con su oficio de apicultor, donde llegó a tener 300 colmenas, que producían toneles de miel que se enviaban a la capital y luego al extranjero…» 

Mi abuela «mama Nosh» nació en una finca ubicada entre «El Marne» y «Filadelfia», dos fincas localizadas en el municipio de Chicacao, Suchitepéquez. El nombre del lugar ya no lo recuerda mamá, pero sí imagina que «papá Beto», en sus andanzas de soltero por aquellos caminos rurales, encontró a «mamá Nosh», con quien hizo vida en Santo Tomás la Unión. 

Mi papá y mi mamá,
en el Parque Benito Juárez de Xela.
A sus espaldas está el Calendario Azteca
y monumento a Benito Juárez.
¿cuándo? no sé…

Mamá fué a la escuela primaria en Santo Tomás y su vida transcurrió de forma tranquila, como se vive en un pueblo pequeño. Relacionada con las tareas de la casa y con la vida del abuelo (que entonces se fué convirtiendo en un enojón!), fué haciéndose mujer y preparándose para lo que la vida le propusiera paso a paso…
En su adolescencia conoció a Juan Héctor Mora Avila (mi papá, 8 años mayor que ella), que llegó al pueblo desde Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, cuando su papá, don Juan Mora Salazar se instaló allí para trabajar como telegrafista. Se conocieron y se enamoraron y de esa unión nacimos nueve hijos.   Papá y mamá vivieron juntos hasta que papá murió en 1971, a los 56 años, de leucemia, en aquella época incurable.

Papá trabajó en varias fincas de la boca-costa de Suchitepéquez, administrando la producción de café. Mientras tanto mi mamá fué una mujer entregada a su familia, a la casa y a la vida.
Como familia vivieron en diferentes sitios, por diferentes temporadas, por eso mis 8 hermanos (yo soy el número 9), fueron naciendo igualmente, en lugares diferentes. Yo nací en Santo Tomás la Unión, digamos que cuando volvían al «punto de inicio», porque mi hermana mayor nació también en ese lugar.

En 1967, cuando mis hermanos estaban alcanzando la educación media se hizo necesario para mi familia trasladarse a un lugar que ofreciera esas oportunidades. Así decidieron instalarse en Xela (Quetzaltenango). Yo tenía 2 años de vida (todo lo que cuento de esa época, me lo contaron o lo escuché alguna vez).

Esa no fué una época fácil, requirió mucho sacrificio, sobre todo de mi mamá, que cargó con el montón de hijos hacia Xela, mientras mi papá continuaba su trabajo en alguna finca de la costa sur del país. Recuerdo que entonces, papá logró encontrar trabajo cerca de Xela, en el Molino San Carlos (molino de trigo), de San Carlos Sija, y se trasladó para allá. Eso seguramente era mejor, aunque San Carlos de todos modos estaba lejos de Xela, sobre todo con dificultades de acceso. Pero así continuó la vida…

Creo que en 1970 mi papá empezó a sufrir el ataque del cáncer que lo mató… hasta que murió en marzo de 1971. Recuerdo el llanto de mi mamá cuando papá murió, aunque para mí todo eso no era muy claro en aquel momento (cuando tenía yo 5 años), hoy puedo asegurar que soy capaz de «escuchar» en mi mente su llanto, doloroso, profundo y agudo…  La muerte de papá fué un golpe terrible para mi mamá, que desde entonces cumplió para mis hermanos y para mí, la doble función de mamá y papá…

Una foto en blanco y negro de mi mamá,
que un fotógrafo decidió poner «en colores»
con una técnica rudimentaria de los años 70’s
(pintándola a mano…)

Recuerdo que mi mamá logró mantener en pié la casa y la familia con un duro trabajo atendiendo a jóvenes pensionistas que se hospedaban en la casa de mi familia, para estudiar o trabajar. Mi mamá hizo el trabajo de ofrecerles un hospedaje adecuado, alimentación, e incluso representación en los centros de estudios donde estuvieran. También recuerdo haber visto a mis hermanas ayudar en esas arduas tareas, especialmente a mi hermana Esperanza. Yo mientras tanto crecía… 

Mi mamá se aseguró de que todos sus hijos/as tuvieran acceso a la escuela, a una educación digna, aún y cuando eso requirió de ella, largas jornadas de trabajo y profundos sacrificios económicos.

Lo que mi familia es y ha sido, mis hermanos y yo, es el resultado de la carga que mi mamá ha llevado en su espalda durante más de la mitad de su vida… cuando papá murió, ella tenía 48 años… casi la edad que tengo yo hoy! quién sabe qué vida habríamos tenido nosotros/as si ella no hubiera hecho los sacrificios que hizo, pero sobre todo, si no hubiera tenido la visión y la ilusión sobre cada uno de sus hijos/as, que la empujó a empujarnos! 
Desde que yo tengo conciencia de lo que significa haberse quedado sin su pareja durante tantos años de su vida, me tomé el compromiso de saludarla y agradecerle cuando se celebra el «día del padre» como cuando se celebra el «día de la madre» y en su cumpleaños, por supuesto. 

Pero por todo lo que significa su vida doña Hilda…

¡No alcanza ningún agradecimiento para lo que usted ha hecho por nosotros, MAMÁ!


Estos somos sus hijos: 1. Hilda Leonor, 2. Héctor Francisco (EPD), 3. René Guillermo, 4. Hugo Leobardo, 5. Olga Guadalupe, 6. Delma Esperanza, 7. Rodolfo Arnoldo, 8. Dora Norberta, y 9. Rolando Otoniel (yo). 

No sé el año, pero la foto es de un día de cumpleaños de mamá.
Estamos todos sus hijos: Leonor, René, Lupe, Hugo, Paco,
Esperanza, Dora, Rodolfo y yo.
(por mi cara de güiro, esto fué hace muchos años!)

Hoy día, mi mamá suma 26 nietos/as, 17 bisnietos/as y una tataranieta! (yo no tengo una foto donde quepan todos!). ¿hasta dónde llegará la vida?
Ya las ramas de esta familia alcanzan muchos sitios, muchas vidas y pienso que también muchas esperanzas e ilusiones… «el familión» que viene de doña Hilda crece y crece…

Mi Mamá
Foto anterior al año 2000


Resulta increíble (y no lo digo yo, sino mucha gente que la conoce) ver la energía con que mi mamá ha vivido todos sus años, aún ahora que suma nueve décadas! Parece incansable!  Desde hace años instaló una tienda en su casa, desde la que ha sostenido económicamente su vida, porque además, siempre quiso ser «independiente» y vivir sola, sin estar en casa de alguno de sus hijos/as. Siempre la he considerado una mujer muy determinada y segura de sí misma, seguramente por todo lo que la vida le ha exigido…

Hace un par de años, la muerte de mi hermano Paco fué otro golpe muy duro que recibió de la vida… sin embargo, mi mamá sigue de pié, encontrando razones para seguir dándonos lo que necesitamos, directamente a nosotros sus hijos/as o a través de nuestros hijos (sus nietos, o bisnietos…). Siempre, siempre, en casa de mi mamá se encuentra la energía que nos hace recomenzar…

Mi mamá, en julio del 2013

Hace años, en 1985, escribí y compuse la canción que aparece abajo, para doña Hilda. Creo que fué con la primera guitarra que tuve, y que compró para mí doña Hilda… Eso lo recuerdo claramente: Un día de tantos me dijo «vamos a Huehuetenango, a comprarte una guitarra para que dejés de pedirle prestada su guitarra a Don Maco» (don Maco era un músico cristiano, que creo que quería que yo me hiciera a su religión y por eso me dejaba usar su guitarra, con la que aprendí un montón…). Nos fuimos a Huehuetenango y volvimos con la guitarra que me acompañó en los primeros años de guitarrista, cuando mi edad rondaba los 12 años…

Mi Viejita

Texto y Música: Otoniel Mora

Mayo de 1985

En mi vida vive una mujer
De pelo blanco y piel cansada
De dulce vientre, tierna
Y siempre sincera
De mirar triste y soñador
Cada día nuevo es un caudal
De ilusiones y esperanzas
De risa franca, llanto
Y sentimiento
Todo relleno de valor
Que no se apague su luz
Que no deje de brillar
Porque mi vida alimenta
Con su triste palpitar
Que no se apague su luz
Porque su vida es manantial
De la riqueza que llevo
Cuando me empuja a caminar
Con su voz gastada por la vida
Con su pecho lleno de calor
Me enseño a sentir todo
Lo que ella siente
Este amor que ahora puedo dar
Caminando siempre a mi lado
Ocultando siempre su dolor
Sin limitaciones dice
«vamos adelante!”
Su sacrificio es mi valor
  
Que no se apague su luz
Que no deje de brillar
Porque mi vida alimenta
Con su triste palpitar
Que no se apague su luz
Porque su vida es manantial
De la riqueza que llevo
Cuando me empuja a caminar

Mi mamá y mi hija Daniela. Julio del 2013

Más adelante, en el mismo año 1985, conocí gracias a mi amigo Fernando López, los textos y poesía de Marco Aurelio Alveño. En el libro «Versos libres del ideal permanente» encontré este que se llama «Voces del Alma» y lo musicalicé, también para mi mamá.


Voces del Alma 

Texto: Marco Aurelio Alveño
Música y adaptación: Otoniel Mora
20 de septiembre de 1985

He plantado en mi huerto
Junto a la noria
Un árbol grande
Como tu gloria
Y muchas rosas
Para ti.
  
He pedido al canario
Y ala paloma
Lleven tu nombre
Al campanario
Y así se oiga
Más allá.
Yo llevo grabada
Aquí en mi pecho
La melodía de tu voz
Y tú desvelo
Junto a mi lecho
Y la caricia de tu amor.
Para escribir tú nombre
Yo necesito
Miles de rosas
Y agua de mi alma
Porque eres madre
El amor.
Mi mamá y mi esposa Carolina. Julio del 2013.

Este año 2013, el domingo 7 de julio nos reunimos todos los que pudimos, hijos/as, nietos/as, bisnietos/as, para abrazar a doña Hilda y celebrar la alegría de su llegada a los 90 años. Yo aproveché para cantarle y entre varias canciones le dediqué «Como pájaros en el aire» (de Peteco Caravajal, argentino). Por momentos sentí que la voz se me quebraba… y estoy felíz de haber podido sentir esa emocion!
Aquí está la grabación:

¡Mi mamá y yo! ¡el día de sus 90 años!
7 de julio del 2013
¡Gracias por toda la vida doña Hilda!

Más fotos…
Mi hermano Hugo Mora, felicitando a mi Mamá a nombre de toda la familia!

Mi hermana Esperanza, mi mamá y mi hermano Hugo.

Mi hermana Guadalupe, mi Mamá y mi hermano Hugo.

Mis hermanos Rodolfo, Hugo, Guadalupe y mi Mamá!
Parte del familión de mi Mamá!

Noche de Trova por la Poesía…


«Una manifestación de la belleza o del sentimiento estético, por medio de la palabra, en verso o en prosa». Definiciones como esa se pueden encontrar sobre la palabra Poesía…


Para mí sin embargo, la palabra Poesía y las palabras Poeta y Poetisa han ido adquiriendo un significado más grande, más amplio, más profundo, más allá del arte que encierran en sus letras, y se han ido acercando y convirtiendo en calor, amistad, hermandad, cariño, esperanza, solidaridad, y sobre todo Vida! 
Siempre la poesía me tocó «duro» mi propia sensibilidad, pero desde hace algún tiempo, en que tengo contacto y «convivencia» con poetas de carne y hueso, la Poesía ha empezado a ser más que letras que pude leer en libros, periódicos, papeles… para hacerse energía, fuerza, movimiento y luz…

— 0 —

«Noche de Trova» fué el nombre que eligió el Club de Poesía «Casa los Altos», para la velada que la noche del jueves 27 de junio organizó, como parte de las actividades previas a su «IV Festival Nacional Anual de Poesía: Casa Los Altos»

Me invitaron a cantar en esta velada y por supuesto, no lo dudé y me cargué con mi mejor disposición y todas mis «chivas» para cantar en compañía de tanto poeta que esa noche se reunió.

Para mí es un placer particular cantar para un público cercano, como es el que se conforma cuando los convocados a escuchar son poetas… la energía fluye de manera natural, la respuesta es inmediata, las miradas ven hacia el mismo rumbo, las palabras son las nuestras y la música nos une!

Toda mi familia estaba también reunida en el lugar, porque coincidentemente ese mismo día celebrábamos el cumpleaños de mi esposa Carolina. Así que mis hijos Edson René, Sergio Javier y Daniela Irene, estaban con nosotros, para celebrar todos juntos. 
La noche fué linda y pude saludar a varios amigos del Club, entre ellos a Nelton Santiago (su motor principal), el Lic. Antonio Mejicanos (que además fué mi profesor en la Universidad),  Paola Rosal, Ludwin Escobar, Donaldo Urizar, y extrañamos a María Elena Marroquín y Rocío Ramírez, que por alguna razón no pudieron asistir. El público fué numeroso y pudimos compartir con muchos amigos y amigas que siempre se acercan a la Trova y a la Poesía, de tal forma que la noche nos resultó corta!

Un día antes de la «Noche de Trova», el período local (El Quetzalteco) publicó la nota que aparece a continuación. Agradezco los comentarios que en ella se hacen sobre mí y mi trabajo en el arte.

El Quetzalteco, del miércoles 26 de junio del 2013

Es muy importante saber que el próximo «IV Festival Nacional Anual de Poesía: Casa Los Altos» (que se realizará en Xela, en julio del 2013), estará dedicado al joven poeta quetzalteco José Juan Guzmán, que a sus 20 años cuenta ya con 4 publicaciones y ha sido el ganador de 8 juegos florales en 8 departamentos del País. 

Durante la Noche de Trova, con el Club de Poesía Casa Los Altos
Xela, 27 de junio del 2013
Canté por casi tres horas, con una pequeña pausa, en la que algunos poetas -hombre y mueres- leyeron su poesía, incluso un amigo que se identificó como «guatemaltico» (nacido en Xela y viviendo en Costa Rica, y del que lamentablemente no recuerdo su nombre). ¡Yo me sentí «en mi salsa»! pasamos por las canciones de Silvio, de Serrat, de Pablo, las latinoamericanas de siempre y canté varias canciones mías, con especial interés las de mis tres hijos, que estaban esa noche conmigo…

¡Al final, el Club me sorprendió! 
Mientras yo cantaba circularon una hoja entre varios de sus miembros, para escribir un «cadaver» (o una variación de un cadaver: aquel poema escrito entre varios poetas…) y lo leyeron para mí al terminar. Eso me emocionó mucho (casi me arrancó alguna lágrima…), porque no me lo esperaba y me hizo sentir el aprecio que ellos saben dar. Aquí transcribo «mi cadaver» y está su imagen «escaneada» más abajo, con tachones y todo, marcado por todos lados con el sello de «Club de Poesía – Casa Los Altos».

Perdidos entre besos de melodías
Y abrazados con cada verso
Estamos para denudar sentimientos
Y adornar nuestras almas
Exclamando con gran armonía
Susurros que de nuestro corazón se escuchan
Soñando aferrados a la vida
Sintiendo el amor sin medida
Gritando silencios con acordes del alma
Hechos suspiros divididos en el café
Que se vuelve negro y espeso como la noche
Sin luz de luna, del cielo mi vida sin vos
Cantos que gritan verdades
Realidades que tanto duelen
Y que me alegan de vanidades
Por la conciencia de que en mí hacen
Noche de versos y música
Conjugación perfecta de luna, lluvia y música
Danza de dedos con las cuerdas
Voz de profecía cantada
Así es Otto
«mi cadaver»
Después de recibir «mi cadaver» y un diploma, en que el Club apunta: «por su trayectoria, pasión por los poemas cantados y su invaluable apoyo al arte quetzalteco» y firmado con esta frase de Silvio: «Solo si te llamaras TROVA entenderías cuánto te amo», canté mi canción «Recorrido», con el que quise agradecerle al club por este momento que se grabó en mi memoria y a la vida por permitirme vivir estas cosas…

(Sobre mi canción «Recorrido» puede leerse esta nota, en este blog: http://otonielmoraysusaltibajos.blogspot.com/2012/10/recorrido-blues-del-65.html )

Acá comparto la grabación de «Recorrido (Blues del ’65)» de esa «Noche de Trova»…


Así que para mí, esta fué una Noche de Trova memorable…!
Gracias «Club de Poesía Casa Los Altos», gracias especialmente a Nelton Santiago!

Seguimos adelante Nelton!

Salú!

(Si logro «sintetizar» un video de esta noche lo voy a poner acá. Le invito a volver en un par de días a este sitio… salú!)

Sergio Javier

Sobre el Río Suchiate
20 años se cumplieron hoy por la madrugada, desde que Sergio Javier nos avisó que ya llegaba a nuestras vidas… ¡eso lo celebramos todo el día! 

Recuerdo que no había amanecido cuando las primeras señales de su llegada aparecieron. Todo lo que habíamos previsto para ese día cambió de inmediato, y a eso de las nueve de la mañana ¡nació!

El pediatra que asistió al parto nos asustó, porque unos minutos después del nacimiento nos dijo que tenía interés en revisar la tiroides de Javier, porque le oía la voz «muy ronca». 
Eso nos hizo pensar en un montón de cosas… felizmente las noticias de los análisis fueron buenas, con el agregado de que Javier sería «naturalmente ronco». Su voz sería siempre grave, gruesa… «voz de hombre» como diría mi amigo «Chema». 

¡Con mi gorra de cuero!
Hoy, después de 20 años, no solo es un «tipo ronco», sino que además creo que heredó muchas cosas de mí… inevitablemente. Físicamente se parece a mí, pero su carácter, su personalidad, creo que está muy cerca de mí también. La gente que le conoce dice con facilidad «Sergio es serio…» o «Javier es serio…», pero quienes le conocen más de cerca conocen su buen humor y su chispa! (conmigo pasa lo mismo…).

Javier es un hombre al que le gusta respetar su propio punto de vista, hacerlo valer y ser fiel a eso. Lo he visto así y lo afirmo porque también soy así… (¿otra herencia?). Así se ganó la reputación de rebelde dentro de casa y creo que también en la escuela… y no sé si para bien o para mal, pero eso le ha pasado. 

En sus años de estudiante
de escuela primaria
Creo que muy niño llegó a la escuela y ahora pienso que eso cortó su infancia muy pronto. Recuerdo haberlo visto jugando en el aula, mientras la maestra le exigía atención. En fin, esas decisiones que los padres tomamos, sin saber más, sin imaginar que algo se gana y quizá mucho se pierde. Todo pensando en el futuro y bienestar de los hijos… el resultado fué que Javier se graduó muy joven de bachiller, pero luego se reveló contra los estudios y debió tomarse «un año sabático» para volver al estudio. Hoy día se prepara en «los asuntos de la informática» a nivel universitario.

Con sus hermanos (Edson René y Daniela Irene) fueron parte de un grupo de «Boy Scouts» con lo que desarrolló interesantes habilidades y sobre todo mucho carácter. Con aquel grupo subió a la cima de varios volcanes de Guatemala: Santa María, Agua e Ipala. Recuerdo que al regreso de uno de esos viajes venía descalzo… uno de sus zapatos se fué en las aguas de un río que atravesaron… por supuesto, para él y sus hermanos era motivo de bromas y alegría, mientras nosotros (sus papás) sabíamos que un solo zapato no era suficiente para ir a la escuela el lunes siguiente…

En sus primeros años de la adolescencia compré para él un piano viejo, con la idea de que se acercara a la música. Se apuntó al «Conservatorio de Música Jesus Castillo», de Xela y estudió algunos meses allí, para luego tirar la toalla y el piano… como pasa a tantos músicos. Mientras tanto yo viví con la incertidumbre de si alguna vez retomaría el interés por la música. Eso pasó hace un par de años, cuando me planteó que quería aprender a tocar bajo. Así ha tenido para su uso a «Horacio» -mi bajo- y recientemente empezó también a estudiar la guitarra. Le he escuchado cantar (con su voz ronca) y le he visto avanzar en su conocimiento y sus habilidades en la guitarra, eso me provoca muchas ilusiones! (pero al final de cuentas, será Javier quien decida hasta donde llegar…)

¡enmedio de la celebración!


Hace algún tiempo decidió también que sería nadador y se apuntó a la Federación de Natación, donde después del necesario esfuerzo y entrenamiento, ha cumplido varias pruebas importantes y ahora forma parte de la «Selección Máster» de Xela.  Abajo aparece una serie de fotos sobre su reciente travesía en el Lago de Atitlán, a su llegada a Panajachel.



¡Estoy muy orgulloso de Sergio Javier, por lo que hace por sí mismo, por su decisión, por su entrega a lo que quiere y sobre todo porque en él puedo ver siempre la maravilla de la vida creciendo día a día!
¡Llegando a la playa!

A punto de salir del agua…
Pa’ fuera…!
¡Satisfecho y felíz!
Sergio Javier y sus compañeros de equipo de natación, más su entrenador
Con la recompensa a su esfuerzo…
Conmigo… y los dos orgullosos!

Carolina, Javier y yo

Cuando Javier rondaba los dos años de edad (en julio de 1995), ¡me llegó la inspiración! 

Me levanté una mañana tarareando una melodía que me pareció nueva y sobre la que me venía la idea de que sería una canción para Javier. 
Recuerdo que tenía yo una guitarra vieja (que terminó tristemente quebrada…) y con ella y con el esfuerzo del resto del día, entre apuntes (enmedio del trabajo) y mucho temor a olvidar la tonada, tenía al llegar la noche esta canción que aparece abajo y se puede escuchar al final.

Esta vez

Para mi hijo Sergio Javier. Julio de 1995, en Xela.


Esta vez no fue en una noche
Esta vez fue de madrugada
Esta vez fue sin un reproche   
Esta vez ya todos aguardaban
Eras vos quien ya llegaba

Una abuela volando a un hijo
Y la otra contando el tiempo
Una madre frente al espejo
Esperando volver a ver parejo
Este vientre que ya dejaste lejos

Otra vida comienza
Ignorando por qué
Entre abierta la puerta
Y volvió a amanecer
Pero en cada rendija
Él inventa una flor



Esta vez cuatro en el inicio
Revisar cada sacrificio
Y sumar todos los recuerdos
Para no cometer lo mismo hoy
Que todo resulte lindo

Resumir todo en un momento
Nueve meses y en el silencio
Olvidar todo el sufrimiento
Y empezar como hace un retoño necio
Cada vez y en cada intento

Otra vida comienza
Ignorando por qué
Entre abierta la puerta
Y volvió a amanecer
Pero en cada rendija
Sergio es el amor

Acá se puede escuchar la grabación que hice el sábado anterior, cantando en El Cuartito (en Xela, Guatemala), casi improvisando mi canción «Esta Vez», después de muchísimos años sin cantarla… gracias por escucharla. Salú!

Suavemente…

Creo que mi hija Daniela (mi única hija, además de mis dos hijos) nunca había ido a donde canto. No sé por qué razón, pero creo que así había sido…

Eso cambió el sábado pasado (el 1 de junio del 2013), cuando estuvo en «El Cuartito» (en Xela), junto a Carolina (mi esposa) y Edson René (mi hijo mayor). 
Bueno, digo que «eso cambió» pero no sé si el cambio será permanente, jeje…  y bueno, ir o no ir es cosa de ella!  

Ella ahora está creciendo y yo estoy felíz de verla cada vez más grandota! 

Daniela y su profesión de Maestra Parvularia,
muy cerca del Teatro y las artes escénicas…

Daniela estuvo y yo aproveché para cantarle mi canción «Suavemente», que escribí para ella cuando era bebé… en el año 1996. Montón de años han pasado ya…

Canté mi canción y Carolina me comentó luego, «esa canción parece una premonición… por eso que dice que al estrenar sus alas una tormenta provoca!»  … y ni modo! ¿qué decir?! ¡nuestra niña se está haciendo mujer!

Daniela me dijo «te quiero mucho papa», cuando le pregunté si le gustó mi/su canción, y me confirmó que nunca la había escuchado… sentí una sensación extraña. «Puchis!» cuántos  «te quiero» me habré perdido por no haber cantado para ella antes, «Suavemente»… 

Eso es lo que quiero dejar escrito aquí!
Cada vez que exista la oportunidad de estar cerca de quienes queremos, hay que estar!
Cada vez que podamos decir «te quiero» hay que decirlo!
La vida se nos va en un instante… no hay un después… solo hay un ahora… y si no lo vivimos, lo perdimos…
Daniela Irene… al espejo
Los hijos… las hijas… tienen la naturaleza de los espejos… nos reflejan. Hacen lo que ven, dicen lo que oyen, aprenden lo que observan… 
y lo que dicen ese par de líneas que acaba usted de leer, lo sabe todo el mundo, pero pareciera que no, y pasamos por alto esa verdad, que luego, en algún momento pesa y hace valer su peso!

Estoy felíz de poder abrazar a Daniela, decirle «te quiero Dany»… y poder sentir su abrazo cuando escucho que me dice «te quiero papa»!

¡Payasos!
En marzo de este año (cerca del cumpleaños de Daniela) escribí una nota en este blog, llamada «Cajita de Música para Daniela», le invito a leerla en este link 

Aquí comparto el texto de mi canción para Daniela…

Suavemente

Texto y Música: Otoniel Mora

Para mi hija Daniela Irene. 1996.
Que no esperabas mi canción
Que iba durmiendo en mi interior
Como fragancia de este amor
Que todo es poco si el dolor
De amanecer igual que el Sol
No hace verdades la ilusión
Vos
Sin descubrirte me alumbrás
Para contarme qué hay detrás
De la mirada de mamá
Muy suavemente al estrenar
La maravilla de aletear
Una tormenta provocás

Ves
Que en cada cosa pasará
La vida y nunca volverá
Hay un instante y nada más
Ves
Que todo el tiempo escapará
Robando espacios y al final
Solo el recuerdo los verá
Que hoy es difícil entender
Desde tu cuna que al llover
La vida puede florecer
Vos
Muy suavemente al estrenar
La maravilla de aletear
Una tormenta provocás
(La 3a. y la 4a. línea de la primera estrofa: «que iba durmiendo en mi interior / como fragancia de este amo», me las regaló Ana Lucía Lepe, cuando yo estaba escribiendo el texto de la canción).
Y acá se puede escuchar «Suavemente», grabada en vivo:

Y para terminar… más fotos de la serie «payasos»! 

¡No tengo gripe! ¡mi nariz es roja!

¿Por qué veo estrellas?

¡Amor y Paz!

¡De lejos quepo en el espejo!

¿Cómo funciona esto?

Quiero ver…

Sonría…!  está siendo grabado!

Balina… la gran amiga de Daniela!

¡Yo soy su papa!     ¡Salú!

30 años…!

Hace 30 años terminé mis estudios de Períto Agrónomo en la Escuela Nacional Central de Agricultura… Bárcena! 

¡Puchis! 
Casi ni me dí cuenta del paso de todo ese tiempo!

Creo que mis compañeros de aquella época tampoco se dieron cuenta, hasta el momento en que nos encontramos otra vez y lo que vimos fué un montón de viejos irreconocibles! (sin mencionar las panzas!).

Pero insisto! Parece que el tiempo no hubiera pasado porque la «fregadera», las sonrisas, los recuerdos, los apodos, los chistes, las anécdotas, las «palabrotas», me hicieron sentir que estaba enmedio de aquel mismo grupo de patojos que llegamos a «la escuela» en enero de 1981…  y en el mismo lugar…

Muchas cosas han cambiado, por supuesto. Ahora -por hablar de lo que saltaba a la vista- en la mesa habían botellas de whisky con etiquetas de colores, algunas llegando de Canadá, botellas de ron con muchos años de añejamiento, que antes no se conocían. Pero también habían algunas familias de quienes llegaron con su esposa, sus hijos y creo que algún nieto…
… y todos celebrando allá, en aquel bosque que nos vió pasar una madrugada de 1981, cuando íbamos descalzos, a empujones a «nuestro glorioso bautizo!». Recuerdo que nuestro bautizo fué «especial», nos habían «rapado» la cabeza unos días antes y el primer sábado que pasamos en la escuela nos despertaron «los antiguos» con cohetes en los dormitorios y nos llevaron a oscuras hasta las piscícolas, donde después de pasar -en calzoncillos- bajo la bandera, fuimos lanzados hacia el agua lodosa… para después cantar el Himno Nacional y Luna de Xelajú, metidos en el agua… hoy recordamos todo eso con orgullo! jeje! es alegre recordar eso, que al final de cuentas nos fué construyendo la identidad de agrónomos que nos ha acompañado durante estos 30 años y que seguirá con nosotros hasta que nuestras vidas terminen… 

El bosque, donde se celebra año con año…

El último sábado del mes de mayo de cada año, en el bosque de la ENCA se reúnen las diferentes «Promociones» de Perítos Agrónomos que han egresado de la Escuela de Bárcena. Es una costumbre alegre, que une y mantiene los lazos fraternos que nacieron en los años de estudios. En ese lugar se puede encontrar a grupos de «egresados» que cumplen uno, tres, cinco, diez, quince, veinte, veinticinco, treinta, cuarenta, cincuenta años de haberse graduado del ITA o de la ENCA. Allí se puede encontrar a un montón de cuates, darles un abrazo y celebrar la alegría de lo vivido y lo que quede por vivir!


Tengo la suerte de ser parte de una Promoción que mantiene lazos de unión muy fuertes aún (a pesar de los 30 años!). Un Comité que mantiene viva la energía por celebrar cada año, se encarga de convocarnos, recordarnos, gestionar lo que haga falta, administrar lo que se logra juntar y asegurarse de que el último sábado de mayo celebremos! Hay que saber que siempre están en esa tarea César Castillo, Emilio Melgar (Chipilín), Edgar Barrios (Camarón), Gerbert Quiñónez (el Choco) y seguramente Edwin Arriaza. 

Viajé desde Xela (donde vivo) a Bárcena, con mi hermano René Mora, que también egresado de la Escuela, estaba cumpliendo 44 años de graduado! René es de la Promoción 1967-1969.  Mi hermano Rodolfo Mora, también agrónomo no estuvo en la fiesta, pero está cumpliendo 41 años de graduado, (Promoción 1970-1972). Yo soy de la Promoción 1981-1983. Mi familia está entre algunas que tienen dos y tres hermanos graduados en Bárcenas.
El grupo de «mis viejos amigos», colegas Perítos Agrónomos de la
Escuela Central de Agricultura, celebrando 30 años de  egresados de
Bárcenas, Villa Nueva.
Estuvimos reunidos alrededor de 30 cuates, que tuvimos además, la suerte de que Mayra Soto, Madrina de la Promoción y Señorita CERES (la Diosa de la Agricultura!), estuviera también con nosotros (a pesar de haberse confundido de Promoción un par de semanas antes del encuentro! No cabe duda que el paso del tiempo nos afecta a todos! hombres y mujeres! jejeje!)
Mayra Soto, nuestra Señorita CERES (en el ’83), 
ahora con el grupo, 30 años después.  A la derecha el monumento a CERES.
Compartimos además del almuerzo, un montón de cosas.  Reconocimos a compañeros que después de más de 20 años de vivir fuera del país estuvieron otra vez en la Escuela para reunirse con el grupo. Juan Carlos Lemus llegó desde Canadá, «Papi» llegó desde Estados Unidos, los demás llegamos desde distintos departamentos de Guatemala. Chipilín se encargó de hacernos recordar un montón de anécdotas y tonterías que cometíamos hace 30 años… 

Nos dio mucha risa cuando nos recordó que «alguien», para poder asistir a una cita, por la noche tomó «prestadas» unas botas vaqueras (de otro que tenía muchos pares), pero con tan mala suerte que se llevó dos botas izquierdas! jejeje! 
Recordamos (para reír ..!) también cuando uno de nuestros profesores apellidado Linares Portillo, en el laboratorio de entomología, le hizo una pregunta al estudiante (compañero nuestro) apellidado Linares Portillo (eran hermanos!), en estos términos: 

                       El Profe:           El pulgón es una plaga, ¿falso o verdadero?
                       El Estudiante:   Falso!
                       El Profe:           Tiene otra oportunidad…

La pasamos muy bien…
Esta foto en que aparecemos «los pesos pesados» es una muestra!

Si no recuerdo mal, somo… Valenzuela Calvillo (Tiquillo),
Mejía Montepeque (Coche Chato),  Gasparico Nájera, yo,
Juan Carlos Lemus, Aguedo Soto (Soto bú) y Roldán Vargas.

Por donde estábamos pasaron un par de profesores nuestros, el Ing. Abel Chavarría y el Ing. René Martínez Farfán.  Por ahí nos vino a saludar el hijo de «Don Guto» (don Augusto de León Paredes, que también fué nuestro profesor). Recordamos a don Chemita, a Rosita, y a otros docentes que compartieron su conocimiento y experiencia con nosotros. Por ahí andaba el Profe Hugo Soto, con su pelo totalmente blanco!

Se acercaron otros «Perítos viejos», como Edwin «el Chucho» Yapur, y José «Pepe» Marroquín.  
Recordamos a los amigos que murieron en estos treinta años, con sonrisas, aplausos y seguramente con alguna lágrima que logramos que disimular… la lista cada vez se hace más grande:

1.   Otto René Cabrera Cortéz

La fuente en las oficinas administrativas
     2.   Estuardo Arturo Cáceres Paz
3.   Marcos César Carbajal Gávez
4.   Wilfredo Chacón Grajeda
5.   Douglas Cifuentes Paz
6.   Rubén Orellana Pazos (La Chucha)
7.   José Raúl Palma Bóleres
8.   Hermelindo Per Ejcalón
9.   Luis Fernando Recinos Bracamonte
10. Iván Samayoa Bolaños
11. Erick Corado Jiménez 


Con Rodríguez Sarceño 

Durante la reunión canté y cantamos todos juntos. También Giovanni Estrada Gramajo cantó conmigo (ahora canta en inglés!), y Edy Vargas también lo hizo. El Choco me pidió que cantáramos «Amigo» (de Roberto Carlos) para recordar a los que ya no están. Creo que eso fué bastante emotivo…   y tengo que confesar que en realidad me costó bastante cantar para mis cuates, porque al final de cuentas tenía duda de que la música que hoy día canto y hago, fuera lo que ellos esperaban, pero ¡cantamos juntos! 

Cañitas al micrófono
Haciendo un tremendo esfuerzo con la memoria, creo que los que estuvimos en este felíz encuentro, están en esta lista que pude hacer (con el riesgo de meter la pata y que alguno se me olvidara… perdón porque seguramente así fué… pero si alguno de ustedes lee esto muchá, ayúdenme a corregir la plana!)

  1. Oscar Rolando Barrera Godoy (Papi)
  2. Henry Carrillo Galicia
  3. César Castillo Herrera
  4. Humberto Corado García
  5. Edgar Días Herrera
  6. Ángel Giovanni Estrada Gramajo
  7. Gustavo Gálvez del Cid (Canario)
  8. Giovanni Gasparico Nájera
  9. Ottoniel Manrique Herrera Reyes
  10. Nery Saúl Vásquez
  11. José Francisco López Calito
  12. Oscar René Mejía Montepeque (Coche Chato)
  13. Nestor Melgar Blanco (Cañitas)
  14. Emilio Melgar Pineda (Chipilín)
  15. Pedro Antonio Monzón Herrera (el Picudo)
  16. Luis Eduardo Moreno (Chicharrón)
  17. Mario René Peña Paniagua
  18. Oscar Rafaél Pérez Estrada
  19. Gerber Quiñónez Fuentes (El Choco)
  20. Guillermo Rodríguez Sarceño
  21. Francisco Sajmoló Pablo
  22. Rony Salazar Barrios
  23. Waldemar Samayoa Muñoz (Relax)
  24. Armando Sandoval Núñez (el Rudo)
  25. Aguedo Soto Alvarado
  26. Edgar Valenzuela Calvillo (Tiquillo)
  27. Edy Vargas
  28. Ottoniel Villeda Padilla (el Payaso)
  29. Ernesto Arango García (Chucha Flaca)
  30. Rony García Cano
  31. Jaime Sandoval López
  32. Roldán Vargas

Juan Carlos Lemus saludando a los cuates


Algunos de mis recuerdos de Bárcenas…

Yo… a mis 15 años.
Esta es mi foto de ingreso a Bárcenas.

Recuerdo que cuando mi promoción ingresó a la Escuela, se trataba del Instituto Técnico de Agricultura -ITA-, pero creo que nos graduamos de la Escuela Nacional Central de Agricultura -ENCA-por los cambios que la escuela sufrió en aquella época. De hecho, al ingresar sabíamos que íbamos a estudiar cinco años y no tres como había sido siempre. Con esa duración en el pénsum de estudios obtendríamos el Título de Agrónomo (a secas), que nos llevaría hasta el tercer año de la carrera de Agronomía en la USAC. Eso recuerdo, aunque no sé si alguna vez fué cierto todo eso. Lo que sí pasó es que durante el primer semestre de estudios se dieron varios cambios y todo volvió a «la normalidad» y estudiamos solo tres años, nuestro Título es de Períto Agrónomo, pero la Escuela pasó a llamarse ENCA.

Mis «compas» cercanos, por cuestión de apellido y orden alfabético fueron Pedro Monzón Herrera (el Picudo), José María Monroy Ramírez (Chema), Josué Morales Dardón (El Conde), y Villeda Lemus, que sin ser de la «M», vivía en el mismo cuarto.

En el primer año de estudio, a mí, que siempre les tuve miedo a los toros, uno de ellos, llamado «Cantinflas» me «corneó» (afortunadamente no tenía cuernos!). Pasó cuando después de llevarlo a hacer ejercicio lo llevé a su «box» y como a él no le gustaba «regresar» se enfureció y mientras yo lo ataba a la reja, se fué sobre mí y me «prensó» contra la pared. Grité y grité para pedir ayuda, pero era la hora del almuerzo y nadie estaba ya… así que me tocó aguantar y el toro con su cabeza fué levantándome, hasta que me pasó sobre él y al caer por su costado, salí gateando…! tuve morada la pierna durante un par de semanas y el recuerdo hasta hoy! 

Cuando estábamos en el segundo año, uno de los profesores, llamado Horacio Valle Dawson decidió «recuperar» la marimba «Surcos Sonoros» que estaba abandonada y logramos mantener un conjunto de marimba siempre activo, participando en cuanta actividad social había (dentro y fuera de la escuela). Recuerdo que de la promoción 81-83 eramos parte de la marimba: Otto René Cabrera (QEPD), Ciriaco Umul Umul, Villeda Lemus y yo. De la 80-82 estaba Candelario Ramos (que ya se cambió el nombre porque no le gustaba!), de la 82-84 había alguien de Chichicastenango del que no recuerdo su nombre y «El Tieso», que tocaba la batería. Fue linda esa experiencia. 

También fuí parte del equipo de Ajedrez que se integró para jugar un campeonato en la Ciudad Capital. En ese equipo, que se formó luego de un campeonato interno, estábamos Milian Vicente, Pedro Monzón, José María Monroy, alguien más y yo… creo que una vez le ganamos al equipo de la Universidad Rafaél Landívar (y todo lo demás lo perdimos!)

También era un orgullo para nosotros, tener como profesor a Danilo López, el primer nadador de Guatemala que cruzó el Canal de la Mancha. Danilo López egresó también de Bárcenas y fué nuestro padrino de graduación.

Entrada principal a la ENCA
El Auditorio… (muchas veces toqué marimba y canté allí)

Panorámica del área de Zootecnia, de la ENCA.

En este video queda la memoria de parte de la reunión del sábado 25 de mayo del 2013…. SALÚ!

Recuento de Canción Contada…

Canción Contada fué un recital de cuentos cortos y canción, integrados e hilados entre sí, para contar una historia -o muchas-, en un espacio aproximado de una hora y media, que el 30 de abril del 2013, presentamos en Casa Noj de Xela, el escritor y periodista Hugo Gordillo y yo, acompañados por Gabriel Rodríguez (percusionista).

Hice una reseña sobre esta experiencia, en este blog, el día 12 de abril del 2013, en la que relato el evento y algunos de sus antecedentes (usted puede leerla, buscándola con esa fecha en este blog).


Hugo Gordillo por su parte, escribió, me envió y publicó en «feisbuc», «El Recuento de Canción-Contada» que él hace. Coincido por supuesto, con los apuntes que Hugo hace sobre lo que ocurrió. Agradezco las referencias que hace sobre mí persona (incluso algunas cosas de las que yo mismo no era consciente!), pero además, también reflexiono sobre las apreciaciones que él hace sobre la integración de las artes y las dificultades que realmente se tienen para lograr eso, entre artistas.
Hugo ejemplifica con «su gremio» (el de los escritores) y yo puedo ejemplificar con los músicos, los cantantes, los canta-autores, en que tristemente se repite con frecuencia ese fenómeno de la dificultad para coincidir y hacer cosas juntos. No hablo de conformar una banda, porque eso sí ocurre. Hablo de que cuando se está en el plano de la creación y de la publicación de trabajos y obras que se logra hacer, no son pocos los obstáculos que los mismos artistas ponemos. Creo que en realidad lo que hacemos es ponernos a competir entre nosotros, y aunque eso pareciera que «es bueno», en realidad causa un efecto nocivo (desde mi punto de vista) que muchas veces des-estimula a muchos. Conozco experiencias que se han truncado por ese «fenómeno».

Pero en fin, el punto aquí es que entre escritor y músicos la intención se ha concretado y ha fluido de manera positiva y hemos logrado tener un resultado, un producto que, a diferencia de Hugo (que prefiere no comentar sobre la «aceptación del público»), me animo a decir que fué bien apreciado por la gente que se interesa en la creatividad, en las propuestas nuevas, en el esfuerzo por ofrecer una perspectiva diferente de las cosas y del arte mismo, como medio de expresión y comunicación. 

De más está decir que las personas estamos siempre necesitadas de comunicación y de intercambio, aún y cuando poco esfuerzo hagamos por lograrlo. Yo siempre he creído que el arte puede cumplir muy bien una buena parte de esa función de comunicación e información, cuando está usada para eso. Así que, vale decir que bajo esa óptica fué que hicimos Canción Contada y yo creo que con ello pudimos comprobar que el arte es realmente un medio útil de comunicación e información.

Acá está el Recuento que escribió Hugo sobre Canción Contada:
«EL RECUENTO DE CANCIÓN-CONTADA»

«El maestro Efraín Recinos decía que el artista que solo sabe de su arte, no es un artista. En lo personal, como espectador, me ha gustado la integración de las artes con la escritura. Mi estancia en Vermont, EUA, el año pasado, me permitió ampliar mi visión sobre artes plásticas, especialmente sobre la escultura, de la que tenía una concepción muy chata.
Este año terminé de escribir un libro denominado “Breves de Gordillo”, que contiene 128 cuentos brevísimos. Acaba de salir de la imprenta. Próximamente será presentado en Xela, la capital, Jalapa y espero que por primera vez en mi tierra, Retalhuleu. Si no es posible en Reu, por enésima vez, podría ser en el departamento vecino de Suchitepéquez.
Como ya lo ha expresado él en su blog, el cantautor quetzalteco Otto Mora  y yo nos conocimos el año pasado. Desde que lo escuché tocar y cantar la primera vez, Otto me pareció un gran artista arrastrado por la vocación, el talento, la pasión y la creatividad. Días después le propuse que integráramos música, canción y cuento brevísimo. Ese es el origen de nuestro recital Canción-Contada, que presentamos el 30 de abril en Casa Noj, Xela, junto con el también artista quetzalteco Gabriel Rodríguez.
Si el recital gustó o no gustó, no me corresponde decirlo. El hecho es que logramos integrar las artes de la música y el canto con la escritura. Pero más allá de eso, logramos integrarnos dos músicos y un escritor. En el caso de Otto y Gabriel no necesitan integración. Llevan tantos años tocando, que hoy en día se conectan con una mirada, con una señal o con una palabra símbolo. Pero, en Canción-Contada, más allá de la integración de las artes y la escritura, funcionó la integración de los artistas y el escritor.
Yo siempre he creído en la unidad, empezando por mi sector, que es el de los escritores. Consecuencia de ello son dos propuestas fallidas de publicar libros en grupo. Una de ellas con escritores de Quetzaltenango y otra con escritores de la ciudad de Guatemala. Ambas propuestas han sido imposibles de materializar, pero seguiré insistiendo. Los motivos de la negación o del rechazo no importan. Sé que tarde o temprano lo podemos lograr.
La integración con Otto y Gabriel fue muy significativa. Todo comenzó con el reconocimiento de nuestras capacidades y terminamos reconociéndonos como amigos, en ese pequeño mundo artístico de la música y de la escritura, sin ninguneos, localismos, prejuicios, complejos de superioridad o inferioridad, etc., que marcan, especialmente a los escritores. Y hablo de escritores empezando en primera persona… con mi nombre.
Para ensayar, yo viajé durante algunos fines de semana a Xela. Otto salía apresurado del trabajo o sacrificaba algunos tiempos familiares en beneficio de la realización de Canción-Contada, para lo cual iba acarreando con cuanto instrumento fuese necesario. Desde una harmónica, hasta un equipo de grabación. Eso fue lo primero que me impresionó, el compromiso de artista. Lo segundo fue la entrega del talento en cada ensayo y, finalmente, en la presentación, en el que el cantautor se vio extraordinariamente inspirado.
Yo no sé si agradecerle a Otto Mora y a Gabriel Rodríguez, o si los tres debemos estar agradecidos con la vida, que nos permitió expresarnos y devolver un poco al pueblo lo que el pueblo nos ha dado. Canción-Contada es un aporte cultural mínimo, por supuesto, pero, al fin, un aporte cultural que se entregó con amor y dedicación. Eso es todo.» (Hugo Gordillo)
Comparto finalmente, un fragmento de video sobre uno de nuestros ensayos de Canción Contada, en la que aparece Hugo Gordillo, leyendo su cuento Matanzas y yo cantando…


El video fué grabado por Nelton Santiago, en «nuestra sala de ensayos: Clínica Cacao» (donde Ericka Cacao atiende y da servicio a niños con capacidades diferentes).

Salú!

Dos años

Conocí a los dos, por separado…
Ella era una linda mujer, cualquier hombre se hubiera vuelto loco por ella. Físicamente muy atractiva y con una personalidad increíble… con mucha habilidad para los negocios y con muchos talentos, podía cantar, podía bailar, casi podía hacer lo que quisiera… 

y lo digo en tiempo pasado… 
pienso que aún lo puede hacer! 
por supuesto!

Y él? 
Un tipo muy interesante. También supe que era muy atractivo para muchas mujeres. Como amigo «un tipazo», leal, responsable, comprometido. De los que no te dejan tirado… 
Joven pero ya «con la vida resuelta», bien preparado para enfrentarla y con los sueños de toda persona «normal».

Los dos llenos de ilusiones, vacíos de complejos (digo yo… ahora ya no lo sé), y con la gana de emprender cualquier cantidad de proyectos para ganarle la partida a la vida. Seguros de sí mismos, con la mirada clara hacia el futuro y dejando huellas firmes por donde pasaban… así los conocí, a cada uno por separado y así se conocieron ellos. Yo entonces, amigo de los dos.
Sentí una emotiva complicidad cuando supe que se enamoraron, porque al final de cuentas parecía que eran una de esas parejas que no encontraría complicaciones, que su pragmatismo era suficiente para encontrar el camino y la solución a los inconvenientes y las adversidades.

Así los vi crecer en su amor, en su búsqueda, en su ansiedad por ser grandes…

Llegó pronto el momento en que firmaban un papel y atravesaban «la barrera» del matrimonio, para empezar a ser el germen de una nueva familia. Dejar de ser la pareja para empezar a ser una familia parece ser un profundo cambio en la relación de dos personas. Pareciera que ese cambio es en realidad «el cambio», que modifica la relación en serio y sin tregua. Quizá se cumple aquello que se lee hoy día, a veces sin prestar suficiente atención: «el tiempo no cambia a las personas, las muestra como realmente son», y en este caso no necesariamente el tiempo, sino «la legalización» de una relación.

En fin, estoy simplemente relatando lo que vi, sabiendo que esto no es la regla por la que pasan todas las parejas y sabiendo también que es muy probable que usted, que ahora lee esto, puede no estar de acuerdo conmigo, por su propia experiencia (o por su propia inexperiencia). También he oído  igual que usted, que este cambio «hace perder la libertad» y quizá eso sea veneno para el amor… 

¿Recuerda usted que se dice comúnmente que «se casaron por las tres leyes»? ¿y recuerda las tres leyes? … «por la iglesia, por lo civil y por burros…», y nos hemos reído tanto de esa trillada frase sin pensar que en algún momento quizá nos toque llorar por lo mismo… 

Bueno, el punto es que les conocí a los dos, a cada uno por separado, les vi ser una pareja felíz y luego les vi ser más que eso, firmando la hoja en que se apuntaron a la lista de matrimonios que crece todos los días, y dos años después les vi romperse los platos en la cara e ir a buscar a cualquier abogado que hiciera posible retroceder sobre aquella firma… aunque no retrocediera el tiempo!

A los dos años luchaban por ser cada uno libre! trataban de soltar cualquier cosa que les atara entre sí y les oí decir (a cada uno por separado) que querían olvidarlo todo… yo estoy seguro que no lo lograron, porque difícilmente se tira al olvido lo que fué la vida misma, aunque fuera solo por dos años… me animo a decir que no lo lograron, porque después de un tiempo les vi removiendo los escombros que quedaron, no para amarse otra vez, sino para recordar…

Les conocí a los dos y conocí esta «su historia», que puse en una canción (sin su permiso). 

Cuando la he cantado, la gente me dice que es una «canción triste», y ni modo, lo que cuenta es una historia triste… no pude contarla (ni cantarla) de otro modo. La cosa fué así, como lo dice la canción…

Solo me pregunto después de todo esto… 
¿es más importante el amor propio que el amor por la pareja? 
¿cuál es el verdadero amor?
No tengo respuestas…

Solo me atrevo a decir que esta complejidad es parte de la vida humana y que aprender a vivir con ella es lo que nos hace humanos… cuando no lo logramos somos menos que eso…

Lo que tengo acá, en lugar de respuestas, es mi canción «Dos Años», que escribí sobre esta historia, para invitarle a escucharla…

Esta grabación es en vivo, de la noche en que Rocío Ramírez, Nelton Santiago y yo, hicimos una noche de poesía y canciones, en el «Café Fatimae» de Xela, el 25 de enero del 2013.

Este es el texto:

Dos años 

Texto y Música: Otoniel Mora

San Salvador, El Salvador 19 y 20 de junio de 1999


Han pasado dos años
Desde que se conocen
Y hoy parecen extraños
Solo cuentan dolores
Han pasado dos años
Desde que se encontraron
Y una mala jornada
Les robó sus colores
Ahora en cada verano
Se refugian de cuanta
Gente quiere quererles
Y no apuestan a nada
Ahora buscan en vano
Sus miradas ausentes
Y no entienden la gente
Que quiere comprenderles
Que será de sus sueños
De las flores y el agua
Que aviva sus suelos
Y de lo caminado
Quizá vuelvan en otoño
Por buscar entre escombros
Algún viejo pedazo
Que devuelva esperanzas
  
 Son tan solo dos años
Y entre tantas verdades
Que parecen tan claras
Se ocultaban rencores
Y uno que otro temor

Que saltó por la noche
En defensa del propio
Corazón por amor

En escasos dos años
Tanta vida vivieron
Pero no descubrieron
Que solo eran humanos

"Canción Contada"

Recorte de prensa, de «El Quetzalteco»
del martes 7 de mayo del 2013
El 30 de abril del 2013, presentamos Hugo Gordillo y yo, lo que llamamos «Canción Contada». Fué una idea de Hugo, después que nos conociéramos algunos meses antes, en la presentación del libro de Nurya González «Versos Negros de Mujeres Blancas» (en Casa de Noj, Xela, en noviembre del 2012. Puede verse en este blog, la entrada del mes de diciembre del 2012, «Festivalito de Poesía en Xela»).

Bueno, el punto es que Hugo Gordillo y yo hicimos inmediatamente «clic» al conocernos. De esa cuenta, a los pocos días de habernos visto la primera vez, él me propuso esta idea de «Canción Contada» (que no se llamaba así desde el inicio), con la intención de presentarla algunos meses después, ligada con la producción de «cuentos cortos» que él hace. 
Por supuesto, a mí me gustó la ida desde el inicio…

En diciembre del 2012, Hugo me regaló un ejemplar de su libro «Mi Cuento es Corto» (que lleva por subtitulo  «Filosofía en intentos breves»), en el que conocí su capacidad para decir en pocas palabras, grandes ideas. Por otra parte, la determinación de Hugo para echar adelante sus ideas es una cosa que me parece que hay que destacar. Así ha producido varios libros -entre otras cosas de su vida artística- y así empujó esto que finalmente «pusimos en escena» el último día de abril del 2013.

Montar ese montón de cuentos cortos, sobre temas diversos, enredándolos con canciones (algunas conocidas, algunas no, y algunas mías), fué un asunto interesante. Creo que en un par de «reuniones» nos pusimos de acuerdo para encontrar un «hilo conductor» en la temática de los cuentos (lo que fué la columna vertebral de «Canción Contada») y luego nos pusimos a identificar los temas musicales y canciones que pudieran «enmarcar» aquellos cuentos. 

El «hilo conductor» de Canción Contada, finalmente quedó «hilado» con diversos asuntos que conforman la problemática social de nuestro país, nuestra jodida historia de guerra interna, la desidia de los chapines en tantas cosas (como la educación, la participación social, etc.), la política y la corrupción gubernamental, algunos temas «ligeros» y las diferentes ofertas de las religiones hacia la población. Pasa por muchos detalles y casos… y cosas, a lo largo de sus casi 80 minutos de duración (continua). 

Nelton Santiago
Ericka Cacao, Hugo Gordillo y
Gabriela Gordillo (hija de Hugo)
Casi desde el inicio del camino, se sumó Nelton Santiago, digamos que «al equipo de producción» de Canción Contada. Así nos apoyó en colectar algunos textos de canciones que incluimos, aportó muchas ideas para el montaje de la cosa, pero sobre todo nos dio siempre su punto de vista «como público» para que pudiéramos imaginar lo que podríamos esperar de la gente y así ajustar el camino.  También contamos con el apoyo de Ericka Cacao, quien nos facilitó el lugar de ensayo. Gracias a ella pudimos contar durante los fines de semana con el espacio de Clínica Cacao, donde desarrollamos el trabajo que necesitó Canción Contada.

Gabriel Rodríguez en Canción Contada

Cuando empezamos los ensayos «formales», le propuse a Hugo contar también con Gabriel Rodríguez, para que la música de Canción Contada también tuviera una adecuada percusión. Eso fué bien aceptado por Hugo y ¡Gabriel se sumó sin pensarlo mucho!

Así se armó Canción Contada… entre marzo y abril del 2013, con un par de reuniones y cuatro ensayos. Luego Nelton se hizo cargo de «la negociación» del lugar  y fecha para presentarla al público. El lugar ideal era Casa Noj y Nelton se encargó de que así fuera. Creo que conseguir la fecha fué más difícil que el lugar, pero nos encontramos con que el martes 30 era una buena posibilidad, ya que el miércoles «1o. de mayo», la gente en general no iba a tener las carreras de todos los días. Ya con todo armado, «nos tiramos al agua» y presentamos Canción Contada ese martes 30 de abril del 2013. 
Está vigente también, la idea de presentarla en otros sitios e instituciones… ojalá!

Hugo Gordillo, la noche de la
presentación de Canción Contada

Y a todo esto… ¿quién es Hugo Gordillo?

Hugo Gordillo nació en 1960, en la ciudad de Guatemala. Vivió su niñez y juventud en Retalhuleu. 
Fue actor de teatro para niños, en el Grupo Juvenil de Retalhuleu, ganando en dos ocasiones las Muestras Nacionales de Teatro.
Es periodista desde 1984, para lo que hizo estudios de Economía, Literatura y Periodismo. Se ha desempeñado en medios impresos, radiales y televisados, como reportero, redactor, encargado de información y redacción. 
Se inició como «escribiente» en 1998 con «Retorno a Febrero», una serie de relatos de infancia y juventud. Prosiguió el camino de la poesía infantil con «Fiesta Pajarera». Después escribió sobre bebidas bebedores y bebederos famosos del mundo en su libro «Entre Pecho y Espalda».  Volvió a la literatura infantil con el poemario «Fiesta Fantástica» y el cuento ecológico «El Vuelo de la Libertad».  
En el 2011 publicó «Mi Cuento es Corto», su incursión en el «cuento brevísimo». Ha escrito cuentos, poemas y trabalenguas para niños, publicando en el 2013 su libro «Fiesta»
Como periodista fué galardonado por UNICEF, organismo internacional del que recibió tres distinciones como reportero-redactor televisivo. Ha ganado certámenes literarios departamentales y uno regional. Su cuento «El Carrusel de la Vida» fué seleccionado junto a los de otros escritores centroamericanos para ser publicado por Editorial Alfaguara. 
Los cuentos que Hugo presentó en Canción Contada han sido publicados el mismo mes de abril del 2013, en el libro «Breves de Gordillo», que será presentado al público próximamente. 
Eduardo Blandón, al escribir sobre Hugo en el libro «Mi Cuento es Corto», dijo: «… el artista (en sus cuentos cortos) revela mundos inusitados con un toque de humor, rechazando la aridez, desaprobando las poses de quien tima a través de la falsa erudición. Hace del ejercicio reflexivo una tarea gozosa. Sus «cortos» dejan espacio para la sorpresa, los finales inesperados, el ridículo, la burla y a veces el doble sentido. Estos ingredientes contribuyen a un resultado que acerca a otra filosofía, un saber que renuncia a lo convencional.»  Y bueno, con todo eso están escritos los cuentos cortos de Hugo Gordillo, algunos de los cuales forman parte de Canción Contada.

Acá estamos Gabriel Rodríguez y yo,
momentos antes del inicio de Canción Contada.


La «chamba» que hicimos Gabriel y yo en Canción Contada, se resume en «arropar» los cuentos de Hugo con melodías que enfatizaran «el punto clave» de cada momento y y acompañar la narrativa de los cuentos con elementos que facilitaran al público, situarse «con todo» en lo que el cuento propone, lo que en realidad resultó ser una tarea muy «sabrosa».

Nos hemos reído durante el proceso de «armadura» de Canción Contada y también con el público, la noche de su presentación. Esta ha sido una experiencia muy rica, muy llena de elementos diversos, que nos dejó con ganas de repetirla… por eso tenemos la intención de presentarla nuevamente.

Tenemos grabado todo el audio de la presentación de Canción Contada (con todos nuestros aciertos y metidas de pata) y esperamos en breve tenerla en discos compactos para guardar la memoria y poder compartirla con quienes quieran también guardarla.

Acá un pequeño «tramo» de la presentación, el cuento «Calzones», en la parte de «los temas ligeros»:


Estas son varias fotos de la presentación de Canción Contada:
La señora Sonia López, Directora de Casa Noj,
al momento de dar la bienvenida al público,
tomando una tasa de «ponche» igual que todo el público.

Momentos antes del inicio…
El inicio de Canción Contada

En el durante…

Parte del público, antes de empezar…
A «vista de hormiga»
Nelton presentando Canción Contada


Al final de la noche… Hugo Gordillo, Sonia López, Otoniel Mora y Gabriel Rodríguez


Gracias a la vida por esta oportunidad de experimentar, compartir y disfrutar de las posibilidades que nos dá la música, la poesía… el arte!  Salú!